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Fuente: El Cronista Comercial

Arcor se expande en alimentos y entra al mercado de pastas secas

El gigante de Arroyito ya vendió en el país 15.000 toneladas con las marcas Arcor y La Campagnola. Competirá en una categoría de jugadores consolidados, como Molinos Río de la Plata y Tres Arroyos

Arcor suma negocios. El gigante agroindustrial. oriundo cíe la localidad cordobesa de Arroyito, ingresó al mercado de pastas secas con el lanzamiento de nuevos productos bajo las marcas Arcor y La Campagnola.

La alimenticia, que en julio cumplió 70 años, abastecerá al mercado interno en una primera etapa. Ya vendió 15.000 toneladas. Una vez consolidada la presencia en las góndolas locales, prevé exportara otros países cíe América latina. Tiene en la mira a Uruguay, Paraguay y Bolivia, donde posee filiales propias.

A nivel nacional, sus pastas secas ya se consiguen en 220.000 bocas de expendio. Al igual que el resto de la oferta de comestibles de la compañía, también se encuentran en la plataforma digital de venta directa "Arcor en Casa", que la empresa lanzó en la cuarentena, con el fin de ampliar su alcance y potenciar el consumo en el canal electrónico.

"Con el objetivo de estar cada día más presentes en la mesa de los argentinos, ingresamos a esta categoría de alimentos, la de mayor penetración. Supera en tamaño a otras en las que participamos. El portfolio está disponible en cadenas de supermercados, almacenes, autoservicios y mayoristas del país, y en nuestra tienda online", señala Juan Pablo Vicentini, gerente de Marketing del negocio Alimentos del Grupo Arcor. 

Con este lanzamiento, la compañía que lidera Luis Pagani le disputará el terreno a jugadores de gran talla. Entre ellos, Molinos Río de la Plata, del grupo Perez Companc, dueña de las marcas Luchelti, Don Vicente, Don Felipe, Matarazzo, Canalc, Terrabusi y Favorita. Otros competidores son Molinos Tres Arroyos, con Bonavita y Sol Pampeano, y la fabricación de Knorr para Unilever; y el Complejo Alimenticio San Salvador, con su etiqueta propia La Providencia y marcas blancas de supermercados como Walmart, Canefour, DIA y Cencosud.

"Esperamos que, en el primer año, las pastas secas alcancen un peso aproximado de entre el 10% y el 15% de la cartera de alimentos del grupo, con perspectivas de crecimiento a futuro", adelanta Vicentini.

La oferta de Arcor incluye fideos largos (tallarín, foratti y spaghelti), guiseros (mostachoí, moño, codito y tirabuzón) y soperos (dedalitos, ave maría y cabello de ángel). "Todos son fabricados 100% con sémola de trigo candeal de la mejor calidad para lograr un producto superior", promueve el ejecutivo. Vienen en paquetes de 500 gramos y el precio sugerido varía dependiendo del producto y la marca, desde S 75 hasta $ 130.

"En el rubro de alimentos, tenemos una amplia oferta con una alta penetración, lo que nos permite entablar una sinergia con los diferentes segmentos del negocio. Nuestras pastas secas ya tuvieron una gran aceptación, tanto en canales de comercialización como consumidor final", agrega Vicentini.

Según datos de la consultora Kantar, la penetración local de pastas secas es del 99%, con un consumo promedio per cápita de 8,5 kilos anuales y una alta frecuencia de compra. No obstante, el sector atraviesa desafíos. En el último anuario de la Unión Industrial de Fideeros de la República Argentina (Uifra), la cámara trazó un diagnóstico que presentó ya hace unos años: un exceso de oferta que se mantiene e inunda el mercado local.

"Cada año, la Argentina ostenta una mayor capacidad instalada. El problema proviene, mayormente, de proyectos que se inauguran de cero y, casi exclusivamente, a partir de la inversión realizada por las molinos harineros, que no poseen experiencia en la venta de productos al consumidor final y brindan una oferta estandarizada, sin diferenciación, con una capacidad de producción que resulta insuficiente para competir con los lideres", detalla el informe.

La producción local está compuesta por más de 45 plantas que fabrican 348.000 toneladas al año. Pero el consumo anual llega a 332.000 toneladas. Entre otras limitaciones, se suman los aumentos de precios en la estructura de costos, que posee dos componentes atados al dólar: el trigo y el plástico del packaging. Ambos explican el 60% del gasto de fabricación de un paquete de fideos estándar.

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