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Fuente: Diario La Nación - Por Carlos Manzoni

Marcelo Siano: "Arcor es un grupo que está acostumbrado a la transformación"

El gerente general de consumo masivo adelanta cuál es la nueva estrategia de la compañía de alimentos que busca incorporar hábitos más saludables 

En algún momento de su historia, Arcor tomó la decisión de pasar de ser una empresa que fabrica y vende golosinas a ser una que produce y comercializa alimentos; en otro, salió del interior para posicionarse en todo el país, y por último, puso su mira en el mundo y empezó a exportar. Actualmente, la compañía está embarcada en un nuevo cambio de estrategia, que es tan o más profundo que el anterior: pondrá el foco en productos más saludables, con alto contenido nutricional y mayor respeto por la sustentabilidad. "Arcor es un grupo que está acostumbrado a la transformación", afirma Marcelo Siano, su gerente general de Consumo Masivo.

Con 70% de sus ventas destinadas al mercado interno, Arcor no está a salvo de la caída del consumo en general, que hará que este año su balance termine en rojo. "Si bien tratamos de aggiornar nuestros valores, no podemos trasladar todo al precio", comenta Siano. Su apuesta, según confía el ejecutivo, va más allá del corto plazo, por eso la firma invirtió en el último año US$12 millones en investigación y desarrollo, y tuvo diez años con una inversión promedio de arriba de los US$100 anuales (desde 2006 hasta 2016).

-¿En qué consiste esta nueva transformación de Arcor? 

-Arcor tiene una nueva estrategia de negocios que parte de incorporar el perfil nutricional y de hábitos de vida saludable a la estrategia general del grupo. Dejó de ser una compañía de productos de gratificación para pasar a ser una empresa de alimentos: tenemos cereales, semillas, frutos secos, suplementos dietarios, lácteos y harinas. Este nuevo foco se asienta en tres pilares: el portafolio, que se ocupa de reformulaciones, reducción de nutrientes críticos y ampliación de categorías; la comunicación, y el pilar de alianzas científicas, por el que nos acercamos a instituciones, cámaras y organismos para aportar estudios y conocimientos.

-¿Cuánto están invirtiendo en esta transformación de la empresa? 

-Es difícil, porque es una inversión dinámica, pero lo que puedo decir es que en el último año la inversión en innovación y desarrollo del grupo fue de US$12 millones. Este es un departamento en el que trabajan 190 personas, dentro de la innovación es donde estamos trabajando para la mejora nutricional de nuestro portafolio.

-¿Tienen programadas inversiones para el año que viene? 

-Es imposible que este grupo no invierta, pero vamos a ver qué pasa este año con la rentabilidad. Venimos de diez años con una inversión promedio de arriba de los US$100 por año (desde 2006 hasta 2016), pero ahora eso bajó porque hay que adaptar los balances. Pero es una necesidad, porque haciendo más de lo mismo no se crece. Las necesidades de inversión siguen siendo muy altas, ahora el acceso al crédito y los resultados nos están condicionando un poco coyunturalmente.

-¿Influyó la caída del consumo tradicional para que iniciaran esta nueva estrategia? 

-Yo pondría en primer lugar los avances de la ciencia. A partir de ahí, vimos lo pernicioso que pueden ser ciertos ingredientes y lo pro que pueden ser algunos nutrientes que no eran tan conocidos. Ahí la gente empieza a demandar y se crea una tendencia. Como empresa que juega en las grandes ligas, no podíamos quedar afuera de esta nueva realidad. Hoy la alimentación va de la mano de la sustentabilidad, por eso la visión de negocio se reconfigura. Por eso, creamos un área de nutrición y definimos el sistema de perfiles nutricionales de todos nuestros productos.

-¿Cuántos productos nuevos lanzaron desde que están en esta transformación? 

-Semillas y frutos secos, suplementos dietarios, barras de cereales, lácteos (hoy tenemos 42% de Mastellone, pero aún no estamos en el management de la empresa); también hay un refuerzo hacia conservas y frutas. Además, todas las categorías tienden a estar atravesadas por este filtro saludable. Y vamos a anunciar sorpresas interesantes en este sentido. También nos unimos con Bagó, para hacer un producto prácticamente medicinal.

-¿Desaparecen categorías a manos de las nuevas? 

-No desaparecen, pero pierden participación. Por ejemplo, antes éramos líderes mundiales en fabricación de caramelos y hoy ya no nos caracterizamos por eso, porque ampliamos nuestro portafolio. En momentos complejos de consumo o de recesión, esa amplitud nos ha permitido dar más opciones.

-¿No es arriesgado salir con estas nuevas categorías en plena caída del consumo? 

-Si lo estuviéramos manejando con un criterio táctico y oportunista, este no sería el momento. Pero esta es una visión estratégica de largo plazo. Es cierto que lanzar un producto de $300 al público no es lo más indicado, pero estamos pensando en el futuro. Estamos en una coyuntura muy particular, pero ¿quién nos garantiza que no va a haber otra? Además, Arcor es un grupo que está acostumbrado a la transformación.

-¿Qué les golpea más de esta caída del consumo? 

-Tenemos dos tipos de gratificaciones, que son las más económicas del mercado, por lo que siempre damos una opción. Cuando se empiezan a caer estos productos es porque estamos en el fondo del mar. Esto se está dando ahora, pero lo suplimos con diversificación y estrategia de canales.

-¿Caerán a la par de la industria, en el orden de 2%, que es lo que se estima para este año? 

-Estamos apuntando a caer menos y trabajamos para eso, porque creemos que falta el segundo tiempo todavía.

-¿La exportación alcanza a paliar la caída del consumo interno? 

-No, estuvo tan aletargada en los últimos diez años que, pese a que intentamos retomar las posiciones, no alcanza para compensar. Hoy el mercado interno representa 70% y la exportación, 30%; pero supimos tener un mix de 60% a 40%.

-¿Cuánto impactan la inflación y la devaluación en la transformación? 

-Y... nos pega casi en forma lineal. La mayoría de nuestros insumos están afectados por el dólar en forma directa. Si bien intentamos aggiornar los valores del mercado, no podemos trasladar todo al precio. Tratamos de aumentar los volúmenes, pero el negocio final se achicó mucho.

-¿Cree que levanta en 2019? 

-Por la posición que tengo en el grupo debo ser optimista, porque además tengo a cargo el área comercial.

-¿El balance de Arcor va a dar rojo este año? 

-Estamos haciendo todo lo posible para que así no sea, pero está difícil. Prefiero no hablar de cuánto va a ser el rojo, pero la estamos peleando duro. En volumen no estamos mal, pero la rentabilidad no es buena, por eso la situación es compleja.

 

MINIBIO 

Estudios: Es licenciado en administración de empresas (UBA) 

Carrera: Ingresó a Arcor en 1995 como gerente de negocio de golosinas y después tuvo un puesto regional, a cargo de operaciones en Chile, Perú, Ecuador y Bolivia. 

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